Me encanta esta temporada que va desde Beltane a Litha, Son los dias más largos del año y (a no ser que la Diosa Sòl caliente de lo lindo) resultan ideales para disfrutarlos al aire libre.
Perdida entre bosques, con el fragante aroma de la madreselva, que comienza a florecer. De hecho, es ahora cuando más me gustan los bosques por sus olores (que son lo primero que suelo percibir de un lugar, además de los colores muy chillones de algunas flores como la amapola). Ahora el bosque huele a madreselva, espino en flor, tomillo, tierra mojada y comienza a tener ese olor a pinar tán característico del verano.
He estado recogiendo hierbas medicinales, para tenerlas a mano todo el año, junto con mi madre, que desde pequeña me ha estado enseñando este arte, que a su vez aprendió de su abuela.
Por ejemplo la melisa (melissa officinalis), muy indicada junto con la salvia (que ahora florece) para tomar en nuestras Lunas de Sangre, "mals de femella", como se dice por aqui.
También recogí pétalos de amapola, utilizados para combatir el insómnio y también esa tos entrecortada y fastidiosa que se produce cuando al respirar nos pica el pecho, sobretodo en invierno...
También la amapola es uno de los ingredientes del unguento que preparo y utilizo para cruzar el Cerco.
El Montcabrer es una de mis montañas favoritas; tiene algo que me hace sentir muy a gusto. Tal vez sea su Genius Loci, su olor a hierbas medicinales, las puras y refrescantes aguas que brotan de la Font de la Cava...el caso es que decidí ir allí a hacer un Festín Rojo en honor a su Espiritu.
Hablaré en otro post sobre los oficios tradicionales, ya desaparecidos, como el de "nevater", que comerciaba con la nieve o el de carbonero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario