jueves, 3 de noviembre de 2011

SAMHAIN o una reunion familiar junto al fuego

Niños (y no tan niños) disfrazados de brujas (tal como se describen en cuentos y películas), vampiros, fantasmas...salen por la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre y últimamente les ha dado por llamar a las puertas de la gente y pedir dulces con el santo y seña "¿truco o trato?". Calabazas vaciadas y con caras siniestras esculpidas a modo de ventanas a través de las cuales se vé el brillo de una vela que alumbra desde su interior.

Detrás de esta "moda americana" se ha desplegado toda una campaña de "marketing" (como ocurre con la Navidad). La gente echa las culpas a los "americanos" y sus modas, expuestas en el cine sobretodo. Y que el resto de paises repiten como monas de féria.

Lo que la mayoría no sabe es que detrás de las calabazas, los disfraces y demás parafernália subyace un sustrato de más de 2000 años de antigüedad y que ha perdido su sentido sagrado, pasando a ser mas bien profano. Y que no es un invento "americano" (¿por qué la gente llama América a EE UU?, ¿acaso México o Argentina no son América?), sino que sus raices se encuentran en la Vieja Europa. La primitiva festividad de Todos los Santos estaba situada inicialmente el 13 de mayo, hasta que el Papa Gregório III por razones estratégicas (lo que hoy llamaríamos "marketing") la trasladó al 1 de noviembre, cristianizando las manifestaciones de culto popular a los muertos.

Esta celebración, traida a EE UU por inmigrantes irlandeses era conocida en su origen como Samhain, la fiesta celebrada por pueblos de raiz céltica como inicio de la estación oscura, el fin del verano. Según se desprende del Calendario de Coligny (un calendário lunisolar galo-romano inscrito en placas de bronce encontrado en la ciudad francesa del mismo nombre) el primer mes que figura es samónios, coincidiendo con la lunación de nuestros actuales octubre-noviembre.
Durante el Samhain se honraba a los antepasados del clan (la sociedad celta estaba basada en el clan y la propiedad colectiva), como raices de un determinado grupo. Los muertos regresaban a sus hogares en espíritu y de ahi la costumbre de dejarles velas encendidas, comida e incluso reservarles un asiento en la mesa familiar.  Los vates y druidas própiamente dichos celebraban ritos religiosos y hacian augúrios donde los ancestros revelaban su sabiduría.Y como en casi todas las fiestas interviene el fuego como elemento sacralizador. Se sacrificaban cabezas de ganado (las que por constitución física no iban a poder soportar el invierno) y se celebraban comidas que reunian a los miembros del clan alrededor de la mesa. Los bardos cantaban las genealogías de los clanes, que aprendian de memória durante su preparación.

La calabaza con su cara excavada es una reminiscéncia del culto a la cabeza cortada tán extendida entre los pueblos célticos. La cabeza es la sede del alma.

Ahora los cementérios permanecen casi en el olvido; son lugares tabú, lugares incómodos porque nos recuerdan que todos algun día moriremos. Los muertos se olvidan la mayor parte del año y mucha gente va a ponerles flores solo por Todos los Santos, por seguir "la tradición".



 Cementério de Alcoy


El culto a los difuntos en general y a los ancestros en particular se puede observar en muchas culturas alrededor del mundo. La muerte tiene un sentido ritual en todas las culturas, pasadas y presentes. El reconocimiento de los antepasados como fundadores del clan, como raiz de la própia existencia y como seres que siguen vivos, al menos en otro "mundo", pero siempre presentes en la vida de sus descendientes.

Samhain es también el inicio del invierno, de la mitad oscura del año, germen y origen del nuevo año.

En la brujeria tradicional es bastante frecuente el motivo de la "Cacería Salvaje". En los primeros procesos se hablaba del "Juego de Diana", mujeres que surcaban los cielos nocturnos a lomos de animales o bastones, acompañadas de una horda de muertos, siguiendo a la Buena Señora (o a una figura masculina, el Pequeño Maestro, Odin...) algunas veces con el fin de batallar contra espíritus malignos que amenazaban la fertilidad de los campos, como se recoge en procesos contra "benandanti" (personas que habiendo nacido con la cara cubierta por la membrana amniótica se suponía poseedores de poderes místicos).

Una de las fechas donde tenía lugar la Cacería (además de Pentecostés, Epifanía, san Juan y la Candelária, entre otras, era por Todos los Santos.

En el campo de las tradiciones valencianas, el refranero popular deja constáncia de las labores del calendário agrícola:

-Si pel Novembre trona, la collita serà bona (si por noviembre truena, la cosecha será buena)
-De Tots Sants a Nadal, l’hivern formal (desde Todos los Santos a Navidad, el invierno formal)
-Entre Tots Sants i la Nativitat, entra l’hivern de veritat (entre Todos los Santos y navidad, entra el invierno de verdad)
-De Tots Sants a Sant Martí, sembra si vols collir (de todos los santos a san Martín, siembra si quieres cosechar)
-El bon favar per Tots Sants s’ha de sembrar, i pel Gener s’ha de cavar (el buen habar, por Todos lo Santos se debe sembrar y en enero, cavar)
-Per Tots Sants, blats sembrats, fruits guardats (por Todos lo Santos, trigos sembrados, frutos guardados)
-Per Tots Sants, i no més enllá, has de sembrar (por Todos los Santos y no más allá, has de sembrar).

Es tradicional, además de visitar los cementérios, dejar un candil ("cresol" o"palometa") o una vela encendida en el altar casero (antíguamente los altares caseros con estampas y demás eran muy frecuentes) para guiar a las ánimas hacia la casa donde vivieron. Tambien existe la costumbre de dejarles comida y bebida en la mesa. Esto solía hacerse durante 9 días, a partir del 2 de noviembre, el llamado "Novenari de les ánimes".

En Cocentaina tiene lugar la "Fira de Tots Sants", un mercado al aire libre datado del 1346 (gracias a un privilegio del rey Pedro II de Valéncia al conde de Cocentáina), donde se puede encontrar todo tipo de productos, desde maquinária agricola, pasando por animales, dulces tradicionales, tés, espécias, artesanía hasta puestos donde están asando embutido típico de la zona ( y entonces comienzas a parecerte al perro de Pavlov).

Es lo que se conoce en estas tierras como un PORRAT, una féria celebrada bajo la advocación de un santo, donde se pueden adquirir productos artesanales o tradicionales. La sociedad agrícola tradicional tenía muy presente a los santos a quienes acudían los campesinos para rendir culto a cambio de buenas cosechas o fertilidad para las tierras o los animales.



Entre los postres tradicionales de estas fechas se encuentran los buñuelos de calabaza y las castañas asadas.

El culto a los difuntos en tierras valencianas se ha documentado, no solo en Todos los Santos, sino también en Navidad, Año Nuevo, la Candelária y Pascua.

No soy muy amiga de celebrar en fechas determinadas por el calendário (gregoriano); Samhain fué establecido el 1 de noviembre según el calendario gregoriano, pero los pueblos célticos desconocían ese calendário y se regían por las lunaciones y su percepción interna del cambio de los ciclos anuales y así hago yo también. No obstante, reconozco que el hecho de que una inmensa mayoría de gente una su fervor en una determinada fecha le otorga un gran poder.
Comencé mi celebración de Samhain durante la luna lueva que suele caer entre finales de octubre y principios de noviembre (inicio del mes de Samónios) arreglando mi altar con crisantemos, flor típica de estas fechas.

La noche del 31 de octubre al 1 de noviembre coloqué las fotos y recuerdos de mis seres queridos fallecidos en la repisa de la chimenea y dispuse una mesa con comida para ellos. Encendí fuego frente a la Vara Horquillada con ayuda de alcohol donde había macerado agujas de tejo (taxus bacatta), el arbol de la muerte, abrí una puerta en el Cerco y llamé a la Maestra (como Diosa de la muerte y el renacer).Tras convocar a mis ancestros y seres queridos fallecidos prendí una vela púrpura con el fuego y me dirigí a todos y cada uno de ellos, hablándoles desde el corazón. Durante todo el transcurso del ritual pude sentir su preséncia en el lugar donde me encontraba. Fué realmente emotivo y profundamente tranquilizador el saber que a pesar de no poder verles con los ojos físicos sí podía verlos con los Ojos de Fuego ,los ojos del corazón, los ojos del alma y que podía sentir su presencia.


El altar improvisado en la chimenea antes del ritual

Detalle de la mesa con la comida y bebida para las almas de los muertos.

Esa noche probé mi "prototipo" del unguento volador. Y digo "prototipo" porque aún me faltan un par de ingredientes (que espero que con estas lluvias no tarden mucho en salir).  Estoy impaciente por que el unguento esté totalmente finalizado...

Al día siguiente fuí a visitar las tumbas de mis mascotas, mis parientes no humanos y enterré allí los restos del pequeño festín. Planté semillas de ruda (ruta graveolens), usada por las mujeres de mi familia para ahuyentar espíritus (ya sea que vengan con malas intenciones o aquellos cuya visita no es bien recibida) y arreglé mi planta de belladona (atropa belladonna), cuyos frutos ya están comenzando a madurar y que forman parte de mi unguento.


Realizaré alguna cosilla más en luna llena. De momento esto es todo por ahora.

Os dejo con este video que hice hace bastante tiempo. Que lo disfruteis...

2 comentarios:

  1. En cataluña tenemos unos refranes populares parecidos a los valencianos.

    Me gusta mucho tu blog!!

    Este es el tercer comentario que te hago. (Dos en este y uno en el de la version valenciana). Espero seguir pasando por aqui.

    Saludos.

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  2. Enhorabuena An. Muy interesante y bonito tu blog.

    Fuego y Cuerno, hermana.

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