La entrada de la cueva sorprende por sus dimensiones: 15 metros de alto por 8 de ancho. Aunque las dimensiones de la cueva en sí en sí son mucho menores: 3 metros de alto por 12 de ancho, formando una "antesala", antes de llegar a una sima al fondo de 5 metros de ancho por 5 de profundidad.
Las cuevas son entradas al Inframundo, el reino de los Muertos, un lugar de descanso y reposo antes del próximo cambio de forma, no un lugar de castigo lleno de pecadores. Son lugares donde la energía telúrica es más fuerte; son (com dice un brujo conocido mío), "un portal al Mundo Oculto". Por eso fueron lugares de culto desde la Prehistòria, por eso se usaban como tumbas. Son entradas al cuerpo de la Diosa Madre Tierra, dadora de vida y muerte y así lo atestiguan Sus representaciones, que fueron colocadas al lado de los huesos enterrados, con el fin de guiar a las almas de los muertos en el viaje al Inframundo.
Tal vez por esa fuerza que emana, por ser un lugar de contacto con la Maestra y mis ancestros, que esta cueva se ha convertido en mi santuario por excelencia, un lugar donde meditar y entrar en contacto con esa realidad invisible. Al igual que hicieron mis antepasados, que allí reposaron.
Aun así, a veces suele ir "gente" (por llamarlo de algun modo) que la dejan llena de porquería: pañuelos de papel, botellas de vidrio rotas...falta de respeto estratosférica a un lugar antiguo y que me cabrea enórmemente.
Para finalizar os dejo con estos videos sobre los enterramientos neolíticos:
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