COSAS NUEVAS

Regreso por estos lares. Con bastantes cambios.

Logré sobreponerme a mi miedo, he pasado la prueba. Entré a aquel lugar que tanto me aterraba con serenidad, con valentía, sin rastro de miedo. Como una guerrera. Hubo un momento en el cual el anestesista tuvo que ponerme más anestésico y noté una sensación horrible: mi corazón comenzó a latir con fuerza, no rápidamente, sino como si alguien lo estuviese estrujando desde mi pecho. Me faltaba el aire y por un momento pensé que iba a morir. Pero aún así la idea no me asustó en absoluto. Solo pensé "¿ya es hora de morir, de volver a casa?".
Ahora mi nueva córnea ya forma parte de mí.
En cuanto me fué posible fuí a mi cueva-santuario a dar grácias a los Antiguos y a honrar el espíritu de la persona que me dió su córnea. Es extraordinario el sentimiento de gratitud tan grande que te invade cuando éres beneficiari@ de un transplante. Cámbia por completo tu percepción de las cosas.

Ahora vivo en el campo, como una auténtica pagana. OJO, que no quiero decir que quien no viva en la sierra no sea pagano. El término "pagano" significa "de los pagos", de los campos. ¿Pillais ahora el quid de la cuestión? :).
De cara al buen tiempo, mi familia y yo hacemos vida en la pequeña pero acogedora casita que tenemos en la Sierra de Mariola, aunque vamos y venimos a la civilización cuando se requiere. Pero mis nuevos vecinos no son el perro escandaloso del vecino, ni la vecina loca que pone la rádio a todo trapo de madrugada, ni el chaval de enfrente con su moto-pedorra capaz de superar los 100 decibélios cuando acelera...

Es una gozada despertar con el canto del mirlo que se ha afincado en los pinos de la parte trasera, no hay contaminación ni lumínica, ni el aire está cargado de humo, ni hay centrales eléctricas enfrente. Incluso tenemos un huerto con cebollas, patatas, zanahorias, rábanos...
Puedo ir a mis tres santuarios "fijos" (el de la cueva, el del bosque y el de la colina) cuando quiera; puedo realizar mis ritos en mitad de la noche, cuando todos duermen, en contacto directo con los Poderes Telúricos, las energías de la tierra que honro y venero.

La verdad es que me considero muy afortunada por ello. Y lo voy a disfrutar, hasta que por motivos laborales, tenga que irme fuera.

Actualizaré cuando pueda (intentaré hacerlo a menudo), porque allí no tengo Internet..

Puesta de sol desde mi rincón habitual

Tres hermanos