martes, 11 de octubre de 2011

TRADICIONES POPULARES VALENCIANAS: LA MOCADORÁ o EL DIA DE LOS ENAMORADOS VALENCIANO

Todo el mundo asocia el 9 de octubre con la conmemoración de la entrada de las tropas de Jaime I en Valencia. Fastuosos desfiles llenos de colorido, recreaciones históricas, la "senyera" ondeando en balcones y plazas, actividades escolares los días anteriores donde se les explica a los niños el origen de la fiesta...
Varias muestras de folklore valenciano pueden verse en ese día, desde las danzas populares hasta una tradicion que ha quedado eclipsada por las conmemoraciones dedicadas al llamado por algunos "padre del pueblo valenciano" (aunque también estaba relacionado con Aragón, Cataluña y Baleares, por eso estas autonomías comparten similitudes en sus banderas)



  
Poca gente sabe que el 9 de octubre se celebra la festividad de sant Donís (san Dionisio) y que se trata en realidad del "dia de los enamorados" valenciano, antes que el "sanvalentín" anglosajón se extendiese a otras partes del mundo (aunque curiosamente san Valentín era italiano).

Uno de mis mayores me relató un posible origen de esta tradición:
Contaba que en cierto pueblo (no recuerdo bien cual era) había un mozo llamado Donís (como el santo que da nombre a la fiesta), que tenía bastante mal carácter y que cortejaba a una joven, con la cual se prometió en matrimónio. Durante la guerra de Sucesión el tal Donís iba a perpetrar lo que hoy llamaríamos un "atentado": metió artefactos explosivos en un pañuelo. Camino al lugar donde iba a atentar, las fuerzas de seguridad de la época lo interceptaron y le preguntaron que qué era lo que llevaba en el pañuelo. Él dijo que un regalo para su prometida. Las autoridades le pidieron que abriese el pañuelo para ver si era cierto lo que decía. Donís se encomendó a su santo patrón y al abrir el pañuelo vió que las cajas de pólvora habían sido sustituidas por dulces y frutas. De ahí que los dulces que se regalan tengan forma de cohetes, frutas o formas que recuerdan vágamente los órganos sexuales (los "piulets" y "tronadors"). Parece ser que el referido milágro hizo que el carácter del joven Donís se dulcificase.

Por estas fechas los escaparates de muchas tiendas y comércios se convierten en una dulce tentación donde los mazapanes hacen acto de preséncia (aunque nunca falta el incomparable chocolate).

 (oh, Señora, ¿por qué me tientas...?...)



Los pañuelos donde se envuelven los dulces suelen ser de seda o lino y solían ser los hombres quienes regalaban la mocadorá a sus mujeres (sobretodo novias y esposas, pero también a sus madres) aunque hoy en día cualquiera, sea hombre o mujer, lo regala a su pareja.

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